El soporte audiovisual en los libros
Desde hace un tiempo no es raro encontrar en
algunos libros y notas de conferencia enlaces a webs o vídeos que muestran el
pase en cuestión en movimiento, o el juego en acción ante público, o ciertas
sutilezas que puedan surgir después de escrito el libro.
No sabemos si esta costumbre es
local o también se extiende en otros lugares.
Como toda nueva tendencia podemos
preguntarnos si es algo bueno o malo. Al no estar demasiado extendida, no está
claro qué opina la comunidad mágica al respecto.
En principio, podría pensarse que
cuanto más mejor. Siempre es una maravilla ver al autor realizando sus
técnicas. A veces no están del todo bien explicadas, o algo se pierde. ¿Cuántos
hemos realizado horrorosamente mal el culebreo hasta que hemos visto a alguien
hacerlo? Sin embargo, nos han dicho siempre que la ventaja de leer un libro
frente a ver un vídeo es que en el primero adaptas y aprendes, y en el segundo
tiendes a copiar. Está claro que, al ser un soporte, no deberá ser un
sustituto. Recurriremos a él solo cuando algo no quede claro y, en ese sentido,
es fantástico. Hemos leído libros enteros sin recurrir a un soporte extra y
solo en la segunda lectura hemos recurrido al complemento, ya con una idea
formada. Muchas veces leemos
un juego y no nos seduce, leemos una técnica y no hay forma de entenderla
–esto a veces da lugar a la creación de otras, lo que está muy bien– y al ver
un vídeo descubrimos que el juego es una maravilla, o que la técnica era muy
complicada porque nos estábamos saltando un paso. Los vídeos pueden poner en valor cosas que se nos escapan.
El problema puede ser la
dependencia tanto de nosotros como del soporte en sí. Si vamos siguiendo paso a
paso los QR que traen algunos textos, deslavazando cada paso de una rutina,
tenderemos a la copia, y más allá, cuando algún vídeo falle (casi siempre
encontramos algún QR duplicado o faltante) podemos encontrarnos perdidos. Estos
casos son casi más un DVD con libreto que unas notas con vídeo. Y el segundo, y
creemos que más grave, es posible que el autor sea menos cuidadoso con la
explicación sabiendo que para esos detalles arduos está el vídeo.
Tal vez seamos pesimistas, pero
siempre tememos que tal o cual web puedan caer, que ciertos canales cierren,
que esa carpeta online se pierda. En general, eso es algo terrible, no debería
perderse nada, pero es que hay tanto... y si se perdiera, ¿ese libro aún se
podría leer? La respuesta debe ser siempre y rotundamente sí. El libro debe ser
una entidad en sí misma.
Y una cosa que también es
importante destacar. Nuestro arte es un arte complejo, con dos caras: la vida
interna y la vida externa. Pero está lo demás, la presentación, la
escenografía, la representación. Esos temas de los que no se habla en los
libros, esos detalles que cambian todo, y por los que, a veces, un juego no nos
dices nada y al verlo nos maravillamos. Eso perdura en los vídeos. Aunque no
esté escrito, descrito o explicado, ver la actuación o las maneras en la
explicación de los grandes magos, es un regalo y una fuente de aprendizaje
extra incalculable.
Estas
son algunas ideas alrededor de estos soportes audiovisuales. ¿Vosotros qué opináis?




