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Patri Zenner, la maga de la Naturaleza

Patri Zenner, la maga de la Naturaleza

«De niña ya jugaba con mi hermano a hacer desaparecer cosas y a inventar trucos, sin saber que estaba entrenando mi futuro. Más tarde, mis estudios de Ingeniería Técnica Forestal alimentaron aún más ese camino: cada trabajo, cada proyecto, terminaba relacionándose con plantas mágicas, antiguas tradiciones y secretos naturales». De entre un bosque lleno de luciérnagas, de un escenario soñado y de una vida entera buscándole el latido mágico al mundo, nació Patri Zenner, la maga de la naturaleza, como ella se hace llamar. «A mí me gusta que la gente me reconozca como la brujita, la maga de la naturaleza. Ese es el personaje que me define y que me diferencia, pero también es la forma en la que realmente me siento».

¿Cómo se te ocurrió tu nombre artístico?

Mi nombre artístico nació de una forma muy natural, casi sin buscarlo. En mis inicios en la magia profesional, estaba estudiando el libro Mente, Mito y Magia de T. A. Waters, en el que descubrí una rutina de mentalismo con cartas. Se me ocurrió adaptarla utilizando cartas Zenner, lo que añadió un aire más místico y diferente al efecto. Aquel número empezó a conocerse entre mis compañeros como «Las Zenner de Patri», porque yo misma lo llamaba así cuando hablábamos del juego. Poco a poco, ese nombre se fue quedando, y cuando llegó el momento de elegir un nombre artístico, Patri Zenner sonó tan natural y tan conectado con mi camino mágico que simplemente supe que debía ser ese.

- Llevas ya dieciocho años como profesional haciendo magia. ¿Cuándo sentiste que lo tuyo iba a ser la magia?

Desde muy pequeña sentí dos latidos que nunca me abandonaron: el escenario y la naturaleza. Me fascinaba salir al bosque, sentir su calma, sus misterios… y también soñaba con estar frente al público, creando emoción. Un día vi a un mago y algo se encendió dentro de mí: la ilusión que provocaba en la gente también nació en mi interior. Esa chispa se unió a una noche especial, rodeada de luciérnagas en un bosque tranquilo. Aquella luz viva, danzando a mi alrededor, me hizo sentir que la magia de verdad existía. Y entonces lo entendí: la magia del escenario y la magia del bosque formaban parte de lo mismo.

-¿Qué tiene la magia que ha conseguido atraparte? 

La magia me atrapó porque tiene algo único que ninguna otra arte escénica posee: llega a todos. Desde los más pequeños hasta los más mayores, todos pueden ilusionarse y volver a sentir asombro. Durante un espectáculo de magia, el público olvida sus preocupaciones y se permite disfrutar como si el tiempo se detuviera.

Me fascina cómo, combinando luces, música, puesta en escena, baile y técnica, puedes guiar la atención del espectador y sumergirlo por completo en un mundo extraordinario. La magia tiene esa capacidad de envolver, de ensimismar, de hacer que cada persona encuentre su propio motivo para maravillarse.

Y quizá lo que más me enamora es que en la magia todo es posible. No existen límites para la creatividad: cualquier idea puede hacerse realidad con dedicación, ensayo, técnica, conocimientos y amor por este arte. Ese infinito de posibilidades es, precisamente, lo que hace que nunca deje de atraparme.

¿En qué te inspiras para realizar tus espectáculos de magia?

Me inspira recuperar la figura de las brujas como lo que fueron: mujeres sabias, protectoras, conectadas con la naturaleza y queridas por sus pueblos, porque ayudaban a quienes no podían acceder a un médico. Con el tiempo se las convirtió en algo negativo, pero su esencia era bondad, conocimiento y cuidado.

En mis espectáculos intento transmitir ese mensaje. Combino magia con emociones para que el público sienta bienestar, ilusión y conexión con la naturaleza. Quiero que se rían, que se sorprendan y que, si llega el momento, incluso se emocionen hasta las lágrimas. Esa es la magia que me gusta compartir: la que sana, la que inspira y la que recuerda que las brujitas no son malas… sino profundamente mágicas.

¿Qué tipo de magia haces? ¿Cuál es tu «fuerte mágico»?

Intento que mi magia sea siempre muy visual y espectacular. Me encanta tematizarlo todo, creando una puesta en escena tan detallada que el público entra en un mundo de fantasía incluso antes de que empiece el espectáculo. A los niños los sorprendo con magia visual, musical y llena de personajes fantásticos, y a los mayores con efectos imposibles y una estética muy cuidada.

Mi especialidad es la magia de calle y la magia de escena, tanto en teatros como al aire libre. De hecho, lo que más feliz me hace es actuar en lugares naturales como parques o espacios de campo. También mezclo la magia con otras disciplinas: por eso tengo un musical mágico con actores y cantantes en escena.

Además, realizo experiencias mágicas, en las que el público vive la magia de forma activa, como si entrara en pequeñas aventuras. Entre ellas están El Arco de los Secretos, un arco medieval que permite ver seres fantásticos cuando se atraviesa, y La Casa de la Brujita, una experiencia que durante nueve años transformó una casa en un recorrido mágico donde familias enteras descubrían criaturas del bosque y aprendían a cuidar la naturaleza, mientras se asombraban con la magia. También incluyo mentalismo muy potente y tematizado, como si mis poderes provinieran de los seres del bosque o de la propia Madre Naturaleza.

Actúas mucho fuera de España, ¿has tenido que cambiar o adaptar los espectáculos? ¿Es muy diferente el público? ¿Dónde te sientes más cómoda actuando?

Sí, actúo bastante fuera de España. He trabajado en Portugal, Alemania y Noruega, y siempre me gusta adaptar mis espectáculos al idioma y a la cultura del lugar. En Portugal fue sencillo, porque está muy cerca de donde vivo y pude actuar hablando directamente en portugués. En Alemania y Noruega fue más complicado, pero aun así preparé frases en sus idiomas para conectar mejor con el público, además de usar una voz en off que acompañaba la historia. Recuerdo que tenía pequeñas «chuletas» fonéticas escondidas en objetos de la escena, y eso hacía el proceso incluso divertido.

En cuanto al público, en todo el mundo la gente es muy agradecida y entusiasta. El público español quizá lo expresa de una forma más cálida, pero en cualquier país la magia termina igual: con sorpresa, ilusión y un agradecimiento precioso por hacerles vivir un buen momento. Actúo cómoda en muchos lugares, pero disfruto especialmente cuando noto esa conexión tan bonita entre la magia y las personas, sea donde sea.

Has recibido varios premios de magia. ¿Cuál es el que más ilusión te hizo?

Quizá el que más ilusión me hizo fue el primero, el de Magic Valongo. No solo porque era el inicio de todo, sino porque fue la primera vez que me mostraba como maga ante mis propios compañeros y compañeras. Era la primera vez que me veían actuar en un escenario y me emocionó muchísimo comprobar que todo aquel trabajo, tantas horas y tanto esfuerzo, por fin daban sus frutos… y que encima les gustaba. También guardo con muchísimo cariño mi segundo premio en el Nacional de Madrid, porque el Congreso era muy importante y actuar en un lugar así, con tanta historia y tanto nivel, fue realmente especial.

¿Crees que la magia sigue siendo un mundo de hombres?

Es fácilmente visible que sigue habiendo más hombres que mujeres, pero creo que no es un impedimento para poder ejercer en esta profesión.

¿Por qué crees que hay menos mujeres?

Supongo que es porque es una profesión en la que tienes que desplazarte sí o sí de un lado para otro para poder ejecutar los espectáculos y además siempre tienes el pensamiento de que no tienes nada seguro tu futuro más próximo.  Esas dos cosas hacen que tengas que renunciar a muchas cosas, entre ellas a tener por ejemplo familia, y eso a las mujeres nos frena mucho.

¿Es difícil abrirse camino siendo mujer? ¿En alguna ocasión has sentido rechazo por ser mujer? ¿Por compañeros de profesión? ¿Por el público?

En mi caso, el ser mujer no ha dificultado mi camino. No he sentido ningún rechazo por mis compañeros de profesión y mucho menos por el público.  En este último caso es al revés, el público agradece y disfruta mucho cuando ven actuar a mujeres, y así me lo hacen saber continuamente, tanto en mis espectáculos como en galas de mujeres que he dirigido, siempre con aforo completo.

Tan solo en una ocasión, al vender uno de mis espectáculos a un programador, me he sentido rechazada por ser mujer, al decirme que los espectáculos de magia tendrían que hacerlos los hombres, no concebía que pudiera haber una mujer maga. Y en otra ocasión un concejal de Cultura de una importante capital me dijo que él, ante la prensa, me iba a presentar como «La mago Patri Zenner», pues «la maga» no le sonaba bien…

¿Hay buen rollo entre magas y magos?

Creo que en general sí.

¿Es diferente la magia que hace una maga de la que hace un mago?

Para mí sí. Las mujeres ponemos una esencia diferente en el arte en general, y la magia no podría ser diferente. 

¿Crees que es importante tener referentes femeninos?

Sí que es importante tener referentes femeninos, pues cuando ves a alguien que ya ha recorrido un camino y que ha llegado donde está, te hace plantearte que tú también puedes hacerlo.

¿Qué consejo les darías a las niñas que quieren dedicarse a la magia?

Les diría que pueden ser lo que realmente quieran ser. Simplemente hay que ir pasito a pasito y aprender a levantarse cuando uno se caiga.

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