Palabra de Caballero
Gozo y regodeo
Buscando la economía en el lenguaje me encontré con la fórmula “dejar caer al regazo” un objeto estando sentado, con el fin de desembarazarse de él. El inglés –tan aficionado a la parvedad lingüística– tiene términos breves para casi todo. Así esa acción de dejar caer algo al regazo se dice sencillamente lap o lapping. Dándole vueltas al asunto se me ocurrió un equivalente en castellano, e “inventé” un verbo: regacear.
En la traducción que me traía hace poco entre manos, a la editorial no le pareció una buena idea, y dejaron las cosas como habían estado siempre: dejaron caer al regazo mi bonito regaceo.
He dicho “inventé”, y me equivoco, pues al acudir al diccionario me encuentro con que regacear es un verbo que existe, y significa:
regacear, arregazar. Recoger las faldas hacia el regazo.
Así que mi idea no era mía; estaba en el acervo del idioma español. Vale, de acuerdo, no con exactamente el mismo significado, pero se acerca mucho. No es lo mismo dejar caer algo al regazo que subirse las faldas o las perneras del pantalón al sentarse, pero considerándolo un verbo apropiado para nuestra jerga ilusionista, me gustaría ir implantando su uso entre la comunidad de magos. A fin de cuentas, empalmar es unir cables, no ocultar cartas en la palma, y hemos asumido el sustantivo empalme como la acción de llevar algo escondido en la mano. Y decimos endorsarpara referirnos a los empalmes en el dorso de la mano. Etcétera.
Disponemos de una jerga profesional muy interesante y útil, que podemos ir enriqueciendo con palabras nuevas, como es el caso de las que hoy propongo poner en circulación: regacear y regaceo. Que parece que provocan una mezcla de gozo y regodeo.
“Más valen quintaesencias que fárragos” dijo Gracián, y dijo bien.