
Juan Tamariz

La cartomagia de Hofzinser
Ottokar Fischer
Tan sólo decir que el libro es de la más alta calidad la magia del siglo XIX, con sus saltos, empalmes, forzajes, cambios por enfile y carta corrida en cuanto a las técnicas, y las cartas de doble cara y media cara en cuanto a los trucajes). Añadir que aquí estas técnicas están exquisitamente estudiadas y mejoradas (el empalme por abajo que termina con la baraja en la punta de los dedos izquierdos, el enfile «de Hofzinser», el forzaje de la carta bajo el abanico, el medio salto, etc.). Que los efectos son enormemente intere-santes, algunos apasionantes y muchos muy novedosos (incluso algunos como «Re-cuerde y olvide», novedosos hoy día...). Que las rutinas son complejas, barrocas a veces, inteligentemente construidas y densas (en el mismo juego, a veces hay cuatro y cinco efectos consecutivos) y que las charlas y las presentaciones son absolutamente deliciosas, poéticas, memorables, llenas de ingenio y humor y que son el traje perfecto, bien dise-ñado, bien cortado, para el cuerpo del juego.
Así pues me resta tan solo pedir al lector que estudie en profundidad la concepción tan moderna de las rutinas; un rápido análisis de ellas sería el siguiente: primero se presenta un tema interesante mediante la charla, muy a menudo mediante una pregunta directa al público, luego se pone en escena el tema con las cartas tratando de mantener el justo y difícil equilibrio charla-efecto mágico. En esta primera fase se utilizan técnicas manipulativas, se entrega todo a examen, se añaden secretamente las cartas trucadas (si las hay), se repiten los efectos anteriores utilizando estos elementos y consiguiendo un redoblado efecto y deshaciendo de paso las soluciones manipulativas que el espectador
pudiera imaginar.
Se termina reteniendo estas cartas trucadas y entregando la baraja de nuevo, mientras se deshace uno del material trucado. Toda una auténtica y compleja obra maestra de construcción.