¡Un juego!
Comenzarás el juego sacando una baraja de póquer de su estuche al tiempo que pides la colaboración de cinco espectadores que podrás seleccionar para que estén situados de izquierda a derecha en el lugar en el que te encuentres. Explicas que vas a repartir algunas cartas a cada uno de ellos para realizar un experimento de lectura del pensamiento. Una vez que les has entregado varias cartas, dejarás el resto de la baraja encima de la mesa y pedirás a tus colaboradores que mezclen a conciencia las que han recibido. A continuación, cada espectador deberá fijarse en una carta cualquiera, memorizarla y, una vez que lo hayan hecho, les pedirás que vuelvan a mezclar su paquete, para que ni ellos mismos sepan qué posición ocupa la carta en la que están pensando. Después, y para complicar más todo, pedirás al primer espectador que entregue sus cartas al segundo para mezclar los dos montones, este pasará a su vez todas las cartas al tercer espectador que las mezclará con las suyas así sucesivamente hasta que acaben en manos del quinto espectador, que añadirá su grupo para finalizar la mezcla. Ahora pedirás que te entreguen el paquete de cartas y, para rematar el proceso, mezclarás todas ellas con las que sobraron y dejaste sobre la mesa al poco tiempo de comenzar el juego.
Una vez hecho esto, parece obvio, y así lo dirás a las personas que están presenciando el juego, que en esas condiciones es imposible saber nada acerca de las cartas en las que está pensando cada espectador, pero comentarás que vas a intentar adivinarlas. Para ello, extenderás la baraja entre tus manos y explicarás que vas a ir nombrando grupos de cartas. Cada vez que nombres un grupo pedirás a los cinco espectadores que si han escuchado la suya levanten la mano. A medida que esto sucede, te concentrarás e irás adivinando exactamente la carta que había pensado cada uno de ellos. En algún momento del juego, el tercer espectador levantará la mano y le dirás que en su caso tienes una pequeña sorpresa, y le entregarás un sobre que deberá conservar hasta el final. Una vez que hayas adivinado las restantes cartas, volverás al tercer espectador y le dirás que el día anterior, mucho antes de saber que ibas a realizar este juego, escribiste una predicción relacionada con la carta que iba a elegir. Le pedirás que la nombre en voz alta, y que a continuacion abra el sobre. Todo el público comprobará que dentro de él hay un papel que tiene escrito el nombre de la carta que había pensado.
¿Flipante no?
Solamente os adelantamos que se trata de una ilusión algebraica. Hombre, viniendo de Aurelio Sánchez… Pero si quieres saber en profundidad el secreto al completo de este milagrito matematicomental, hazte con el primer volumen de Ilusiones Matemáticas y estarás listo para adivinar cartas como un auténtico telépata.
