Palabra de Caballero
AZAR O AZAHAR
Cuántas veces hemos oído en un congreso a un mago novato decir la temida frase: «Voy a
lanzar esta bola de papel al azahar…». O bien esta otra: «Ha elegido usted su carta al azahar, ¿ver-
dad?». Y los veteranos nos reímos por la incultura del chaval que, para colmo, finalizaba su número
a concurso ¡con los aros chinos! viendo cómo se encendían todas las luces rojas e incluso se cerraba
el telón en sus narices. Todo ello entre carcajadas de la concurrencia.
Y un día el azar nos sitúa ante un diccionario etimológico (de étymon: sentido verdadero) y
hojeándolo nos encontramos con
azar ant. cara desfavorable del dado. Del árabe zahr ‘flor’, vulgarmente ‘dado’, por la flor
que se pintaría en una de sus caras (comp. AZAHAR).
Ahí dejamos de reírnos. El inculto bribón no lo era tanto (inculto), y nosotros sí. Azahar quizá
no fuera la palabra más conveniente, pero no estaba tan fuera de lugar como pensábamos. Azahar,
la flor del naranjo, es el zahr de azahar, de donde deriva azar. El As del dado.
Lancemos pues bolas al azahar o al azar, que no estaremos metiendo la pata.
Otra cosa es que saquemos los aros chinos cuando la luz roja ya parpadea. Ahí sí que nos
equivocaremos.