Derek Dingle. Obras completas

978-84-89749-82-5
60,00€
Año de Edición: 2010
Traducción: Luis Alberto Iglesias Gómez
Producción Gráfica: ilustraciones y fotografías: Richard Kaufman
Diseño: Gabriela Goldadler
262 págs.
Encuadernación: cartoné
Formato: 30cmx22cm

Un fenómeno irrepetible
120 efectos con cartas, monedas y cigarrillos. Junto a cerca de 60 rutinas clásicas publicadas con anterioridad en revistas fuera de circulación desde hace mucho tiempo y substancialmente mejoradas para esta ocasión, aprenderás más de 60 técnicas, rutinas y efectos inéditos:
· Cuatro variantes del salto clásico
· Ases con doble cambio de dorso deluxe
· Una versión ultralimpia de la «Tragaperras» del Dr. Sawa
· Cambios de paquetes y de baraja
· La carta debajo del vaso más rápida del mundo
· Superlevitación de una carta
· Las monedas relámpago
· El robo silencioso
· ¡Post-it!
· Inflación
· La carta rota y (totalmente) recompuesta
· Matrix con recomposición
(tal y como lo presentó Doug Henning en su especial
de televisión)

En estas Obras Completas se explican todos los pases y las variantes que se utilizan en cada efecto para que el lector no necesite consultar ningún otro libro. Además, las técnicas recurrentes, como el salto, la cuenta Elmsley, el enfile de Hofzinser o la mezcla Zarrow se describen en epígrafes individuales antes de emplearlas en efectos concretos. El arsenal de técnicas es de lo más variado y va desde el doble volteo hasta el empalme diagonal de Erdnase, pasando por variantes de la adición de Vernon, la dada en segunda, el Volteo mecánico de Ken Krenzel o el uso del regazo.

La magia explicada en estas Obras Completas es de una variedad apabullante: apariciones de Ases, sándwiches, transposiciones, monedas a través de la mesa, agua y aceite, etc. Tanto los aficionados de destreza media como los más avanzados técnicamente encontrarán piezas con las que disfrutar ensayando y actuando. Junto a juegos "para todos los públicos" como "La carta dentro del globo", "Monedas relámpago" o el absolutamente maravilloso "Échate un cigarrito", aprenderás otros como "Triunfo con cambio de dorso deluxe", "Todo dorsos en tecnicolor" o "Reunión con enredo para cuarteto de monedas", que son ejemplos magníficos de lo que el maestro Ascanio denominaba "magia hasta para magos".

Estas Obras Completas no son sólo un testimonio de la creatividad y de la habilidad de Derek Dingle, sino también de su inigualable talento para desarrollar efectos y refinar técnicas. Un auténtico tesoro "el legado de toda una vida" al alcance de los amantes de la magia dispuestos a estudiar, a aprender y a trabajar.
Prólogo
Cartas viajeras (versión chupada)
A la Kiga
La versión para presentar de pie
La versión para presentar sentado
El doble volteo DD
Tres de tres
El alineamiento de Annemann/Christ
El cambio de D'Amico
Monedas relámpago
Monedas a través de la mesa (para presentar de pie)
El enfile de Hofzinser por abajo
La carta universal
La versión con cartas normales
El control por debajo de la extensión de Hofzinser
La versión con cartas trucadas
El forzaje por cortes
El pase KM
Aparición
Échate un cigarrito
Los cortes del tahúr
El volteo mecánico de Ken Krenzel
El volteo de Braue
El ascensor (n.º 1)
La sutileza de Steranko
El corte con arrastre de Jack MacMillan
La voltereta de Fechter
El enganche con el meñique de Larry Jennings
El plegado DD
Las cajas canguro (I)
Las cajas canguro (II)
Cinco Treses y un Comodín
Variante n.º 1 de la cuenta Elmsley
Una hermosa alucinación
La adición de Vernon (variante)
El empuje múltiple de Mike Skinner
Las cartas locas de Jennings (versión DD)
La presa de Altman
Secuencia de volteos múltiples de Larry Jennings
Locas, pero normales
La técnica de Charlie Miller para la salida exterior de un bloque
La maldición de la gitana
Variante n.º 2 de la cuenta Elmsley
La carta más alta
La versión con cartas normales
ATFUS (Marlo)
La transferencia de Vernon (primera variante)
La versión con cartas trucadas
Las Picas supersónicas
A vueltas con el As, Dos, Tres y Cuatro
Variante de la cuenta por arrastre de Hamman
Sobre saltos
Salto con hojeo n.º 1
Salto con hojeo n.º 2 (el salto estroboscópico)
El salto silencioso
El salto silencioso con medio regate
El corte falso mediante salto
Cobre, plata y china
El robo silencioso
Ases misteriosos
El cambio sobresaliente
Ases asombrosos
ATFUS (variante n.º 1)
Variantes del corte con arrastre
Mezcla cara arriba y cara abajo de Tenkai
Corte lanzado
El control múltiple
Ábrete Sésamo II
Aparición por salto con una mano
Los Ases de Fechter, Cummings y Dingle
Ases con doble cambio de dorso deluxe
Devolución al mazo de cartas empalmadas
DD y la cuenta Elmsley
Los Ases ilusionistas
La versión práctica
Culebreo parcial
La versión purista
Arsenal de cambios
El cambio con pala y volteo
Primera aplicación
Segunda aplicación
Tercera aplicación
Cuarta aplicación
El cambio al pasar
Primera aplicación
Segunda aplicación
Tercera aplicación
Los Ases voladores
ATFUS (variante n.º 2)
Variante de la aparición de Lorayne
Aparición de monedas para "Los Ases voladores"
Súper intercambio
Los Ases a cámara lenta de MacDonald
La transferencia de Vernon (segunda variante)
La sutileza OLRAM
Asamblea óptica
Cambio de paquetes de Hamman
Variante del cambio de Daley (Cambio por abajo por empuje)
La tragaperras
Control por robo lateral
Control a una posición elegida
Deletreo con cambio de dorso
Sándwiches variados
El vistazo con empalme diagonal girado
Demasiadas cartas
Las cuatro esquinas (n.º 2)
Inflación
Cambio con mosqueo
Cartas cazadoras
ATFUS (variante n.º 3)
El ascensor (n.º 2)
Volteo de Braue
Salto múltiple de Frank Thompson
Súper carta ascendente
Súper levitación de una carta
Monedas cuánticas a través de la mesa
La patadita
Monedas a través de la mesa (versión internacional)
La penetración por frotamiento de Marlo
Pobre Charlie
Cuenta Elmsley (variante n.º 3)
Al vuelo (otra vez)
La reunión de los cincuenta y tres céntimos
La mezcla faro lateral clasificadora
Corte con faro
El billete en el cigarrillo
Cambio de billete
Secuencia para tres mezclas Zarrow
La mezcla Zarrow
Triunfo tetraconvincente
Corte con arrastre sobre la mesa
Un milagrito
Versión n.º 1
Volteo para Mezcla por Hojeo de Vernon
Versión n.º 2
Variante con una mano del cambio de Slydini/Marlo
Triunfo mental
Triunfo para cuatro manos
Triunfo progresivo
Bajar cartas mediante una mezcla por hojeo
Transferencia al lomo de Vernon
Triunfo real
Ases rodantes
Una variante del forzaje por arrastre
Las cartas simpáticas
El forzaje en abanico con una mano. Técnica y efugios
Carta en el estuche de Schulien/Marlo
Desaparición de una moneda a cámara lenta
En todas partes y en el estuche
Una escalera real muy regia
El volteo inverso de Marlo
La cuenta Jordan
Una nueva teoría sobre la "nueva teoría" de Dai Vernon para la dada en segunda
La dada con una mano
El tahúr manco
La dada con dos manos
La dada cara arriba con dos manos
La dada-enfile
El cambio con palmada
¡Post-it!
El pase KM
Transformación en el aire
Aceite y vinagre
Técnica para la mezcla faro
Deletreo mental
La carta dentro del globo
El robo al empalme angular de Larry Jennings mejorado
La carta dentro del globo (para magia de cerca)
La carta debajo del vaso
Viaje cristalino
El cambio con vaivén
El robo de Al Baker
La carta rota y (totalmente) recompuesta
Asunto de Reyes
La descarga en el regazo
La carga bajo el estuche de Rosini
Manejo para la carta a través del pañuelo
Desaparición de la baraja de Wilson/Marlo/Dingle
Dinero combustible
Matrix con recomposición
El robo al levantar
Reunión con enredo para cuarteto de monedas
Variante del robo de Bretram
El robo con mosqueo de Bertram
El robo al levantar con transferencia
Una variante técnica de la reunión de monedas de Bertram
El volteo con chasquido de Bertram
Triunfo con cambio de dorso deluxe
Cambio de baraja sin técnica y de pie
Doble corte sobre la mesa
Cambio de baraja con dos puños
Cambio de dorso triunfal II
Todo dorsos en technicolor
Todo dorsos y Ases con triple cambio de color
Todo dorsos con carta elegida
Técnica para voltear la baraja manteniendo una separación
La lección magistral de póquer
El corte giratorio de Nate Leipzig
Doble cambio de dorso
Las monedas inquietas
Una ilusión elástica
El fabuloso juego de la carta saltarina de Derek Dingle

Desde mucho antes de trabar amistad con Derek Dingle, conocía su cuantiosa aportación a la magia gracias a ese libro maravilloso que es The Complete Works of Derek Dingle, escrito por Richard Kaufman y publicado originalmente por Kaufman y Greenberg en 1982. Es un inmenso placer saber que a partir de ahora habrá también una edición en español que dará a conocer sus efectos a un público todavía más amplio. En tus manos tienes más de 120 piezas, muchas de las cuales son clásicos modernos.
No obstante, hasta que no vi realmente a Derek actuar para profanos no me di cuenta de que no sólo era un técnico consumado, sino un artista fabuloso. En muchas ocasiones tuve el placer de trabajar con él y a menudo aprovechaba los descansos para verlo actuar. También tuve la gran suerte de que llegamos a ser íntimos amigos. Pasamos muchas veladas tomando copas en su bar favorito, el Ryan's Daughter, o en su apartamento. Con magia de por medio o sin ella, estar con Derek siempre era muy divertido.
Jamás olvidaré el día en que murió. La noche anterior habíamos hablado de las notas de conferencia de la nueva gira que iba a empezar. A la mañana siguiente, estaba acabando uno de los capítulos cuando mi buen amigo Rich Marotta me llamó y me dijo: "Ya no hace falta que termines las notas". Aún siento escalofríos cada vez que recuerdo que lo último que Derek me dijo fue: "¡Esta puta gira me va a matar!".
En parte estoy convencido de que esto no es más que otra de las malditas bromas de Derek, y que un día de estos me va a llamar para soltarme: "¿Te lo habías creído, eh? ¿A que estabas jodido?", antes de empezar a partirse de risa. Aunque en mi fuero interno sé que se ha ido, a Derek le encantaba gastar esa clase de bromas, y te aseguro que no se lo habría pensado dos veces. Por cierto, no voy a disculparme por utilizar tacos en este prólogo. Sería casi imposible citar a Derek sin usarlos. ¡Podría decirse que eran sus palabras favoritas!
Cuando quienes conocimos a Derek nos ponemos a contar anécdotas, siempre terminamos haciéndolo entre lágrimas y risas, recordando la clase de hombre tan maravilloso, alocado, genial, increíble, asombroso (añade aquí todas las palabras similares que se te ocurran) que era. Hay muchos que podrán contarte mejor que yo la historia de su vida. Para mí, él era simplemente uno de mis mejores amigos.
¿Que si tengo recuerdos? Por supuesto; tantos, que no sé por dónde empezar. Como aquel de una vez en que estaba trabajando con él y me encontraba en medio de uno de esos juegos especialmente difíciles en los que estás manteniendo varias separaciones en la baraja a la vez que empalmas una carta y, de repente, oí por detrás de mí: "¡Mira que te dije que dejaras de hacer esos putos juegos automáticos!", seguido de la inevitable risa socarrona. O esa vez en que me engañó con uno de mis propios juegos y, fiel a su estilo, me lo siguió recordando siempre que se me ocurría coger una baraja.
O aquellos días de locura en que estábamos trabajando en un hotel muy pijo y se nos ocurrió pedirnos una copa después de actuar y nos cobraron más de 40 dólares. "¡Ya decía yo que teníamos que haber ido a otro sitio!", me reprochó, aunque, por supuesto, lo de quedarnos en el bar había sido idea suya. Él lo que quería era verme la cara cuando me llegase la cuenta.
O el follón que montamos el día de Navidad del año 2003 intentando encontrar la manera de regar el jamón que estaba asando Shelley, su pareja. Supongo que debió de darle un ataque transitorio de locura para encargarnos la tarea. Creo que mandar un satélite a la luna nos habría resultado más fácil (entre las risas, tardamos diez minutos sólo en desenvolver el jamón). ¡Y probablemente habría salido menos humo! Cuando Shelley nos vio y señaló que estaban saliendo llamas del horno, a Derek no se le ocurrió otra cosa que decir: "¡No nos dirás que el puto jamón no se está asando!". Luego Shelley me dijo que cogiese una bolsa de plástico y lo acompañase al Ryan's Daughter (su abrevadero favorito). Al llegar, pedí una copa y Derek se esfumó. Pasados unos minutos, oigo que me llama desde el sótano del local. Miro, lo veo al final de la escalera y me dice: "Anda, llévale la puta bolsa a Shelley, que pesa demasiado para mí" y me pasa la bolsa llena de hielo que acababa de robar de las neveras del bar. No eran unos pocos hielos. En aquella bolsa no cabía uno más. A nadie pareció importarle. He perdido la cuenta de las veces en que después de uno de estos "momentos Dingle" tan escandalosos, alguien ha zanjado la cuestión con un: "Bah, ya conoces a Derek".
También me acuerdo del tiempo que he pasado tratando de terminar sus juegos de ordenador. A Derek le encantaban los videojuegos de aventuras. Cuando llegaba al final, los metía en una bolsa y me los daba para que me pusiera a jugar con ellos. Aún tengo en mi despacho un montón que no he probado. A cambio, yo le contaba los chistes más verdes y guarros que me sabía. A Derek le encantaba reírse, preferentemente de sus amigos. Te gastaba una de sus bromas pesadas y siempre terminabas perdonándole cuando te lanzaba esa mirada lacónica suya, te respondía en su acento obrero londinense: "¿Qué? ¡A ver si no se te va a poder gastar una puta broma!", te pasaba una copa y soltaba otra risotada. ¡Cómo le gustaba reírse!
Siempre guardaré como un tesoro el ejemplar de sus obras completas que me regaló con esta dedicatoria: "Con todo mi respeto y admiración", pero más aún el recuerdo del momento en que anunció a voces a un grupo de magos ¡que yo había accedido a pagarle su autógrafo con favores sexuales! Ejem.
No sé si he dejado suficientemente claro que Derek fue también uno de los mejores magos de cerca que he conocido nunca. Hay magia, hay magos y, después, en una categoría aparte, estaba Derek Dingle.
Aunque el hombre nos ha dejado, su obra pervive en las páginas de este libro. Si éste es tu primer contacto con Derek, te envidio por el viaje que estás a punto de emprender. No te limites a leer los efectos. ¡Preséntalos! Haz que la magia de Derek siga viva. Citando a Geoff Latta: "Cuando los ojos de tus espectadores hayan vuelto a sus órbitas y se les haya cerrado la boca, sé lo que yo estaré pensando: ¡Joder, pues deberíais habérselo visto hacer a Derek!".
Basta de palabras. ¡Que empiece tu aventura con el maestro!

Simon Lovell

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