¡Enriquece tu magia!
¡Bebamos de varias fuentes!
Cómo es lógico, no pude estar presente en aquella cueva, el día que el primer homínido descubrió el fuego. Más que nada porque según los libros de historia, este acontecimiento fue un Martes, y yo los martes me reúno con los magos a cenar y a compartir magias. Como comprenderéis, hay cosas que son intocables por mucho que lo que suceda sea una revolución en el desarrollo de la especie. No pude estar en ese momento en el que el fuego fascinó a todos los allí presentes, pero os puedo asegurar que sentí casi casi lo mismo viendo el acto de mi querido Gonzalo Albiñana en el Circo Price. Desde hace muchísimo he aprendido que hay magia que se puede hacer sin juegos de manos, incluso solamente usando las palabras. Gonzalo pinta un fondo con sábanas blancas y traza líneas etéreas con el reflejo de sus dedos bailando frente a un candil.
Solamente diez ayudantes y una luz arropada por la oscuridad le hicieron falta para sacarme las lágrimas a mí y estoy seguro que a muchos de los allí presentes.
Ay las sombras chinas… Cuesta creer que en tanta oscuridad pueda nacer algo tan bello. ¡Gracias Gonzalo!
Y esto es así, podemos crear magia y emocionar a los espectadores también bebiendo de otras artes. La danza, la pintura, el teatro, el circo, las sombras chinas, los títeres, los malabares… Cada una de estas disciplinas encierra su magia particular y esta nos puede ayudar a trasladar al espectador directamente al asombro y a la maravilla.
Seguro que más de una vez has dicho eso de “El método es incluso mejor que el propio efecto. Si pudiésemos contarlo, la gente alucinaría.” Yo creo que con este tipo de artes, por ejemplo, las sombras chinas, pasa exactamente eso; y es más, en el mismo acto estamos revelando el secreto y la gente se fascina todavía más. Y es que les maravilla que tan solo coreografiando nuestros dedos frente a una linterna, podamos darle vida a un gato que se rasca y se lame para asearse. ¡Es que es pura magia!
Todas estas artes son herramientas que como artistas, nos enseñan, nos educan y nos enriquecen. Explorémoslas. Démosle una oportunidad. Aparquemos los secretos y los juegos durante un día en nuestro calendario de ensayos y abramos una puerta a lo distinto y fascinante, al asombro sin más artificios que nuestros propios dedos y nuestra palabra.
Al final del túnel estará la luz. Ve hacia ella. Camina entre las tinieblas y al cruzar el umbral te toparás con una pequeña resistencia o quizás con un led. ¿Y me vas a decir, en ese mismo instante, que no quedaría bien darle vida a un conejo en la pared de la vida que dejas atrás?
Alex Louzao.
