Libros

224 págs.
Encuadernación: rústica
Formato: 21cmx18cm

La cotizadísima obra Martin Gardner Presents, que recoge todas las creaciones mágicas de Gardner, se convierte «por arte de Páginas» en una excelente trilogía, que ordena el material en función de los gustos mágicos del destinatario: Matemagia, Cartomagia y Magia de Cerca. Se hace así más cómoda la lectura y más sencilla la localización de tus efectos favoritos. Pero no te engañes... ¡los querrás tener todos!
Esta trilogía contiene gran cantidad de inspiradoras ideas: desde efectos directos hasta sofisticadas charlas, desde útiles manipulaciones hasta estructuras ingeniosamente diseñadas. Como señaló Theo Annemann, Gardner tiene una «predilección por las sutilezas más exquisitas».
Estos libros son también una crónica de las fascinantes ideas que se compartieron en los selectos círculos de magos en los que participó.
Y desde el principio hasta el final encontrarás el gusto por lo inesperado y el profundo conocimiento de la psicología del espectador que siempre han caracterizado a Martin Gardner.

Max Maven

Prefacio.- Martin Gardner 
Prólogo.- Hernán Maccagno
1 Magia con monedas
2 Magia con cerillas
3 A través del sólido
4 Magia con cigarrillos
5 Pasa-pasa
6 Magia con cuerdas
7 Batiburrillo mágico
8 Magia con botellas
9 Magia con huevos
10 Haciendo magia a niños
11 Dos objetos divertidos
12 Magia mental
13 Magia en Manhattan.

Prólogo
Gracias por la hermosa sorpresa que me dio Laura Avilés cuando me envió un mail y me eligió para ser parte de su equipo Editorial y prologar desde estas Páginas, por arte de magia, este hermoso libro de Martin Gardner.
Siempre me gustó jugar.
Siempre me gustó jugar en equipo.
Siempre elegí para mi equipo a los amigos, sin importarme si jugaban bien o mal y desde el primer momento que leí a Martin Gardner lo sentí como un amigo... Uno de esos envidiables, que se quiere presentar públicamente con orgullo. De los que mejoran las reuniones y embellecen la vida.
...De esos amigos que nos enseñan.
La magia y el arte se asemejan en muchos aspectos a un juego; si tuviese que elegir jugadores para mi equipo, Martin Gardner sería el primero.
Mago, filósofo, matemático, científico, escritor, investigador, historiador, teólogo, maestro...
¿Cuántas vidas vivió Martin Gardner?
Él fue un hombre del renacimiento.
Vivió 96 años apasionado por la búsqueda del conocimiento y la sabiduría, por el contar y el compartir. Escribió más de cien libros sobre tópicos tan distintos como la izquierda y la derecha del cosmos o comunicación extraterrestre. Incontables ensayos y estudios matemáticos, geométricos y lógicos. Publicó sobre filosofía, acertijos, viajes en el tiempo, fraude y pseudociencias, flexágonos y hexaflexágonos, juegos de palabras, origami, ilusiones ópticas, teoría de la relatividad, juegos de ingenio, teología, física recreativa, paradojas y muchísimo más.
En su gran Alicia anotada compartió investigaciones sobre la obra completa de Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas y su segunda parte Alicia a través del espejo.
Gardner fue, tal vez, quien más analizó y estudió este tema en el mundo y publicó trabajos desde los 60 años hasta su muerte en 2010 e incluso después de su muerte se siguieron publicando cosas sobre Alicia y Carroll escritas por Matin.
Pero, sobre todo, escribió magia.
Gardner escribió sobre todos los temas donde puede haber magia escondida; sólo basta dar un paseo por su Encyclopedia of Impromptu Magic para comprobarlo. Ese libro se podría haber llamado "Magia con todas las cosas del mundo". El segundo libro de magia que leí en mi vida fue Matemática, Magia y Misterio traducido al español con el nombre de Magia Inteligente y te lo comento porque muchos lo consideran el primer libro de magia semiautomática. Todavía hoy, veinte años después, sigo releyendo y encontrando sorpresas y tesoros ocultos que siempre invitan al juego y la reflexión.
En todas sus obras Gardner se preocupa por el lector y nos lleva de la mano por fantásticos universos, infinitos parques de atracciones donde al igual que con el conejo blanco de Alicia, hay que esforzarse para poder seguirle el paso.
Este libro que tienes entre tus manos no es distinto a ninguno de los antes mencionados. Entre líneas se esconde su conocimiento, y su amor por compartirlo, su gusto por la magia en todas sus formas y especialidades, su creatividad e innegable inteligencia.
Dentro encontrarás magia con diferentes tipos de objetos comunes como cerillas, cigarrillos, cuerdas, botellas, huevos, cosas sólidas que se atraviesan o que viajan de un lado a otro, juegos con la mente o magia para hacerle a niños incluso si crecieron y muchas maravillas más. Porque todo, desde su mirada, invita al juego y a la magia
Así es como Martin Gardner vio al mundo.
Todo en su vida fue Magia y vivió enamorado tanto de la ciencia como del Arte sin perder nunca el humor y en continua Reflexión buscó, creyó y creó Teorías que nos invitan a la Investigación y al amor por los Números.
Fue capaz tanto de filosofar sobre la Geometría como de hacer una poesía sobre la Aritmética y toda su obra está plagada de Rarezas e iluminada por una incansable Dedicación y amor voraz por todas las Novedades dignas de Estudio que este mundo esconde y esconderá desde siempre y para siempre sin importar si el universo que recorremos de su mano es absurdo o Racional.
El nombre de Martin Gardner siempre está presente enseñándome a jugar con todo, incluso con las primeras letras de color de los párrafos anteriores.
Él es el amigo que me hubiera gustado tener para que me eligiera en su equipo y jugar a todos los juegos.
Ojalá lo sigas viendo tan vivo en su obra como yo lo hago.
Y por favor, no leas este prólogo que escribí el 24 de octubre de 2019.

Hernán Maccagno

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Prefacio
Cuando Richard Kaufman me propuso reunir todas mis colaboraciones en revistas de magia y mis artículos comercializados por separado, me pregunté si habría suficiente material como para un libro. No obstante, cuando empecé a trastear en mis archivos de magia me quedé sorprendido por la cantidad de cosas que había. Empecé mandando ideas a The Sphinx, mucho antes de que John Mulholland se convirtiera en su editor. En esa época yo estudiaba Secundaria en Tulsa, mi ciudad natal, donde compartía magias con Logan Wait y Roger Montandon.
Durante mis años en Chicago resultaba muy fácil estar al día en los temas mágicos. Participaba regularmente en las tertulias mágicas, pasaba muchos ratos en las tiendas de Joe Berg y Laurie Ireland, y conseguí amistades que perdurarían para siempre. Durante unas vacaciones de Navidad trabajé como vendedor de cajas de magia en la sección de juguetes de la tienda de Marshall Field, y allí descubrí que no se domina realmente un juego hasta que no lo has presentado en público por lo menos cincuenta veces.
Mi traslado a Nueva York conllevó la rápida aparición de nuevas amistades mágicas, en su mayoría con los magos que se reunían en el piso de Bruce y Bunny Elliott en la época en la que Bruce editaba The Phoenix. Los sábados, por supuesto, me sumaba a los grupillos que empezaban la tarde en la tienda de Lou Tannen y continuaban después la tertulia y el intercambio de ideas en algún restaurante. Allí también resultaba fácil estar enterado de las últimas novedades mágicas.
Eso no ha resultado tan sencillo desde que mi esposa y yo nos hemos retirado a las montañas al oeste de Carolina del Norte. Enseguida tuve la suerte de contactar con Rick Johnsson, de Asheville, y entonces me reuní con algunos magos en Atlanta y cerca de Carolina del Sur. Pero, desgraciadamente, esos contactos han sido muy esporádicos. Echo muchísimo de menos las jugosísimas tertulias con los chicos de Chicago y de Manhattan, y han pasado varios años desde la última vez que asistí a una convención nacional. Si miramos las maravillosas sutilezas más recientes, especialmente en cartomagia, sobre las que no he estado muy al día, parecerá que buena parte del material de este libro se ha quedado anticuado.
Nunca me he dedicado profesionalmente a la magia, ni siquiera me lo he planteado. A pesar de ello, el ilusionismo ha ocupado siempre un lugar prioritario en mi vida. Los milagros mágicos me recuerdan las maravillas y los profundos misterios del universo. El hecho de que la gravedad nos mantenga unidos al suelo me parece igual de asombroso que ver una mujer flotando en el aire. Me apasiona ver buena magia. Y disfruto improvisando unos juegos de magia de cerca para mis nietos y mis amigos.
Incluso mi matrimonio es algo que debo a la magia. Fue Bill Simon, el experto cartomago, quien me presentó a Charlotte; él ejerció de padrino cuando me casó con ella otro mago aficionado de Nueva York, el juez George Starke. En esos días éramos pobres, y los preceptivos análisis de sangre fueron cortesía del Dr. Vosburgh Lyons, otro amigo mago. Sin embargo, Charlotte casi se desmaya del susto cuando Voz apareció por sorpresa, con una jeringa enorme en la mano, el pelo peinado sobre su rostro, el cuerpo medio doblado y riéndose malévolamente como si fuera Mr. Hyde.
Soy completamente consciente de la diferencia que hay entre la magia potente y comercial, dirigida a profanos, y los juegos raros que los magos sólo hacen para otros magos, o para matemáticos si el secreto se basa en algún principio matemático. Muchos –quizá la mayoría– de los juegos de este libro son del segundo tipo, aunque a menudo las ideas escondidas en este tipo de magia acaban siendo la base para crear efectos potentes y muy comerciales. Un buen ejemplo es el enorme éxito que tuvo David Copperfield en 1991, cuando presentó en televisión una predicción de cartas (basada en lo que los matemáticos llaman «paridad») que yo había publicado en Scientific American treinta años atrás.
He intentado actualizar la mayoría de los juegos añadiéndoles algunos comentarios, o añadiéndoles textos amplios con sugerencias que no estaban en las explicaciones originales. Una pequeña parte de los juegos no ha sido publicada previamente. Salvo raras excepciones, no se repite en este libro ningún juego publicado en mi Encyclopedia of Impromptu Magic. Las excepciones se deben a que he considerado que algunos juegos requerían una explicación más amplia que los textos casi telegráficos de la Encyclopedia. También he evitado publicar –nuevamente con alguna excepción– textos de cuatro de mis cinco libritos: Match-ic, Twelve Tricks with a Borrowed Deck, After the Dessert, y Over the Coffee Cups.
Como en matemáticas o en ciencia, en magia a menudo sucede que dos o más personas llegan independientemente a una misma idea. Si alguno de los efectos de este libro fueron inventados previamente por otras personas, pido humildemente disculpas. Sólo puedo decir que he hecho un gran esfuerzo para especificar los nombres de los creadores cuando ha sido posible conocerlos.
El trabajo de reunir el material que forma este libro ha inundado mi mente de recuerdos felices. Se mezclan también con la tristeza de recordar a tantos amigos magos que ya han partido hacia el Más Allá.

Martin Gardner