La Magia de Ascanio Tomo III

978-84-15058-54-0
59,00€
Año de Edición: 2020/2001
Producción Gráfica: ilustraciones y fotografías: Jesús Almendro y Gustavo Otero
454 págs.
Encuadernación: cartoné
Formato: 25cmx18cm

Es posible que creas que ya conoces la Magia de Ascanio porque has visto algunas páginas fotocopiadas encuadernadas con canutillos; te equivocas.
Te invitamos a descubrir un trabajo profesional con la teoría ascaniana, su filosofía mágica y, además, toda su Cartomagia, incluidas las últimas versiones nunca escritas de sus soberbios –casi legendarios– juegos, con las descripciones de técnicas jamás publicadas. Más de treinta juegos inéditos. Los libros que Arturo hubiese querido publicar. Un homenaje al Maestro. Todo su material reunido: lo que estaba en vídeos, revistas, conferencias, conversaciones con otros magos, un montón de material inédito, las notas personales que Arturo escribía para sus charlas -ahora limpias, claras, completas. Por fin las obras de un genio de la Magia al alcance de los magos de todo el mundo.

¡Por fin! Sus joyas más preciadas. Versiones inéditas y versiones revisadas. Con este tercer tomo, se completa la colección con toda la cartomagia de Arturo de Ascanio y su pensamiento teórico.
Palabras de la Editorial

Prólogo de Camilo Vázquez

Prólogo en tres actos
Primer acto, de Toni Cachadiña
Segundo acto, de Joan Font
Tercer acto, de Manolo Tena

Capítulo Primero: Sus clásicos
La Dama inquieta
Alternando los colores
Todo dorsos
Las diez cartas a través de la manga
Mentalismo por eliminación
Sequacious spades
Cartas a través de la mesa
La cartera de Freddy Fah
El nueve mágico

Capítulo Segundo: Los Ases de Stanley Collins
Ases para conocedores
Los Ases de mi examen

Capítulo Tercero: La carta ambiciosa
El As ambicioso
La doble ambiciosa
La extraña ambiciosa

Capítulo Cuarto: La baraja nudista
Cartas nudistas. Versión 1949
Cartas nudistas. Versión 1956
Cartas nudistas. Versión últimos años 
Capítulo Quinto: Azul, rojo, blanco
Azul, rojo, blanco. Análisis de una construcción

Capítulo Sexto: Fuera de este mundo
Fuera de este mundo

Capítulo Séptimo: Juegos varios
Ases nómadas
Los Ases estilo Las Vegas
El juego de los sabios
El visitante (Los Reyes cazadores)

Capítulo Octavo: Técnicas y sus aplicaciones
El enfile al tiempo
Mágicas coincidencias
Cinco rojas y cinco negras
Las acciones en tránsito en las cuentas Elmsley y Hamman
Pensamientos sobre el doble volteo
Transformaciones en belleza

Capítulo Noveno: Los días negros
Con un taurino “Va por ti, ¡Maestro!” daba paso Jesús Etcheverry a la voz de Arturo en el primer tomo de esta obra, ya clásica, como decían premonitoriamente en aquella ocasión Juan y Miguel en sus Prólogos respectivos.
Ahora, apenas un año más tarde, Jesús remata la faena con este tercer volumen subtitulado “Sus clásicos”: los clásicos del Maestro.
El resultado es una obra sorprendente y apabullante, esencialmente distinta, en mi opinión, a todo lo existente en la bibliografía mágica actual. Una obra inagotable que permite y requiere múltiples lecturas, porque en ella están:
No sólo el repertorio cartomágico, prácticamente completo, de Arturo, sino también innumerables detalles de su gestación, antecedentes, variantes y versiones, con indicación precisa de algunos de los momentos memorables en que fueron presentadas.
No sólo las técnicas utilizadas por Arturo, sino también su origen, comentarios sobre su invención o descubrimiento, descripción detallada, con la precisión de conceptos y rigor de términos que caracterizaba sus explicaciones.
No sólo los principios teóricos, reflexiones y conceptos que han clarificado y estructurado la cartomagia moderna, sino también su exposición coloquial en conferencias y entrevistas con sus comentarios circunstanciales o marginales que los enriquecen con ese componente cálido y humano del “directo”.
No sólo los aspectos objetivos referentes a su magia (efecto, técnica, teoría...), sino también aspectos subjetivos, íntimos, de la actitud personal de Arturo con respecto a la magia; sirva de ejemplo su emocionante y sincero testimonio en una de las Jornadas de El Escorial: “Daley que estás en los cielos”.
En La Magia de Ascanio no sólo está la magia de Ascanio; en La Magia de Ascanio está Arturo vivo.
Los que hemos tenido la fortuna de conocerlo, tratarlo, disfrutar de su amistad y magisterio, de experimentar la emoción mágica al contemplar por primera vez sus efectos y la emoción estética, de belleza y perfección, de su manejo y de su discurso; siempre, nosotros, veremos y oiremos a Arturo. Su voz y su presencia acompañarán nuestra lectura.
Los que descubráis a Arturo a través de estos libros, creo que experimentaréis la sensación, mágica también, de haberlo conocido. Será la magia de Jesús Etcheverry.

Camilo Vázquez

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Prólogo en tres actos

Primer Acto, de Toni Cachadiña
Tuve la suerte de compartir la amistad, la magia y el cariño de Arturo sin apenas darme cuenta de los históricos momentos que estaba viviendo. Fue con el tiempo cuando empecé a apreciar la ventaja de haber madurado mágicamente cerca de él, aprovechando sus magistrales enseñanzas.
Por ello, más que glosar sobre la figura de Ascanio, nada mejor que recordar aquellos ratos pasados juntos, contándome sus pequeñas cosas que eran tan grandes como su humanidad, así como sus ansias de transmitirnos su sabiduría mágica.
Oí hablar de Arturo de Ascanio cuando llegué a la SEI, por el año 1959. Para mí era como oír hablar de un extraterrestre; los magos consagrados le llamaban Maestro y para un novato como yo, no había cabida para la valoración de tal significado en un momento en el que todo lo que descubría eran milagros.
Después, ya introducido en el mundillo de la magia de cerca, empezamos a recibir información privilegiada desde Madrid. Ascanio nos mandaba algunas de las rutinas que él tenía ya estudiadas (en aquel entonces no era fácil obtener información ni recibir las novedades aparecidas en el mundo). Ahora nos damos cuenta: estábamos muy aislados, pero bien relacionados. Era una gozada recibir rutinas como «La caja Okito» de Mohammed Bey o «La rutina de Ases» del Hno. John Hamman, y tantas otras. Pensad que hablo de 1960, año en el que nuestra ilusión tuvo el privilegio de estar alimentada de la mano del Gran Ascanio.
Luego, mis grandes amigos y maestros Pablo Doménech y Ricardo Marré me ofrecieron asistir a la sobremesa de una comida en la que estaba Ascanio, creo que fue mi primera comida mágica; y ¡de qué nivel! ¡Qué descubrimiento! Los ojos se me abrieron como platos y allí empezó un nuevo mundo para mí.
Con la perspectiva que da el tiempo, la fortuna de haber podido beber las enseñanzas de una de las grandes figuras de nuestro querido arte es, sin duda, una de las mayores satisfacciones que me ha dado la Cartomagia.
Espero que los que no hayáis tenido la suerte de estar con Arturo y poder madurar a su lado podáis, a través de esta colosal obra, llegar a conocerle a fondo y absorber sus conocimientos.
No quiero terminar sin resaltar la encomiable labor realizada por Jesús Etcheverry, demostrando su amor por la magia y en especial por la magia de Arturo de Ascanio. Tal devoción ha empujado a nuestro amigo Jesús a recopilar el legado que Arturo nos dejó, reuniendo sus enseñanzas en un compendio de tres tomos que quedará como un clásico de la teoría moderna de la Cartomagia.

Segundo Acto, de Joan Font
Cuando Jesús Etcheverry me brindó el honor de colaborar en este Prólogo al tercer tomo de La Magia de Ascanio, me sentí halagado e ilusionado, sabiendo que eran muchas y muy buenas las cosas que se podían decir de Arturo y de su magia; pero pronto comprendí que ni mi bagaje mágico ni mis escasas dotes de escritor, son los más adecuados para glosar unas cualidades merecedoras de la mejor de las plumas y del más amplio conocimiento de un arte –la magia– en el que muy pocos han sabido profundizar como lo hizo Arturo.
Con todo, y a pesar de ser consciente de mis limitaciones, no quiero renunciar a este honor y, así, aportar mi granito de arena en este homenaje. Hablaré pues de Arturo como persona, ya que sus cualidades como tal nada tenían que envidiar a las del mago.
Extrovertido, amable y cariñoso, jamás regateaba un aplauso, una alabanza o un mérito a nadie. Todo lo contrario: tenía la tendencia a exagerar su beneplácito si con ello fomentaba una afición, o alentaba un afán de superación.
Entregado a la magia, no escatimaba esfuerzos para encontrar ocasiones propicias para volcarse a los demás, de poder “vaciarse” –como le gustaba decir. Vaciarse para volverse a llenar con más sutilezas, con más detalles, con más perfección. Aportar, transmitir, enseñar… eran verbos de su preferencia y vivía conjugándolos.
Su controlado genio, que también lo tenía, solo hacía aparición para defender una causa justa, a un amigo, o en alguna situación en la que la Magia o los magos eran menospreciados.
Sólo viéndole como un trabajador constante y autoexigente se pueden comprender sus logros y sus éxitos. ¡Cuántas horas de trabajo en soledad para pulir detalles, pases y movimientos! Recuerdo que, en una ocasión, hablábamos de esta soledad con la que yo me identificaba y me dijo: Es una soledad aparente, porque los aplausos que se oyen durante el estudio y el trabajo, están ahí, en los magos que gozan con mis logros, de mis experiencias, en aquellos que tienen éxito con uno de los juegos que tú, Juan, fabricas, o con las charlas de tus rutinas. Créeme, es una soledad aparente.
Ahora lo sé, Arturo. No estuviste ni estarás nunca solo. La magia te obsequió con muchos “hijos espirituales”, como te gustaba llamarles, y con multitud de amigos que estamos aquí para dar testimonio de tus enseñanzas, de tu generosidad y de tu amor a la magia.
Entre sus amigos, permitidme destacar a Jesús Etcheverry, autor de esta obra, quien, con constancia, minuciosidad y rigor, ha reunido todo cuanto a Arturo le hubiera gustado publicar, para que sirva de tributo a quien dedicó su vida entera a la magia.

Tercer Acto, de Manolo Tena
¿Por qué leer a Ascanio? Y sobre todo… ¿por qué estudiar a Ascanio?
Pues por dos motivos fundamentales: por placer y por afán de conocimientos.
Si por vacaciones o por trabajo visito Cuenca, es paso obligado el Museo Diocesano. La cola de visitantes que recorre la cámara acorazada exige una aproximación lenta hacia la mirada inolvidable de un Cristo pintado por El Greco. La cercanía descubre paulatinamente la técnica, hasta que uno queda literalmente extasiado al encontrar un pequeño pegote de pintura blanca, allí donde emanaba un brillo sobrecogedor.
La belleza cegadora de la magia de Ascanio, definida con absoluta precisión en “La concepción de la atmósfera mágica”, esconde todo un mundo de técnicas a su servicio. Recorrer el camino desde la belleza a la técnica es un inagotable manantial de placer, y peregrinar en la dirección opuesta es alcanzar la fuente del conocimiento mágico.
En la obra de Ascanio es posible caminar en las dos direcciones. No existe ningún otro caso igual o similar. Es puro placer y fuente de conocimiento. Es inevitable leer a Ascanio y es imprescindible estudiar a Ascanio.
Es necesario felicitarte, amigo lector, por tener esta obra entre tus manos; a través de ella comprenderás la magia y a través de la magia comprenderás el arte.
Yo inicié el camino, hace ya muchos años, con una larga charla alrededor de la “cinta” y el “abanico” de Zingone, y todavía me zumba en los oídos la presentación: Ascanio, ven, que te voy a presentar a este chaval que está preñao contigo…
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