PRÓLOGO
52 amantes... ¡a través del espejo!
Pepe Carrol

DEDICATORIAS
Adiós a Pepe Carrol.

Estupefacto y dolorido. Entre la tristeza y el dolor. Y la rabia apenas contenida (¿¡por qué!? ¡No hay derecho!). Aún siento tu mirada de hace un mes apenas: no me decías nada, o casi nada, pero asentías con tu cabeza, estabas y no estabas, Pepe, frente a mí, junto a tu padre y mi hija Ana. Ella siguió comunicándose contigo casi cada día, haciéndote presente su y nuestro cariño, mientras yo viajaba...
Viajaba como tantas veces lo hicimos juntos: Colombia, Bruselas (con Ignacio Brieva), Nueva York (con Arturo y Juan Antón ¡dales un abrazo!), Salamanca (con Armando), Buenos Aires (con Rudi Magaldi)...
Los recuerdos se agolpan y me golpean: las tantas horas pensando y ensayando los “sketches” de Tahuromagia, las alegres reuniones con los Lorgia, Luis Trueba y Pepe Regueira por Madrid y sus verbenas, los pubs primeros de aquel Madrid irrepetible, los ensayos para los números del Congreso de Santander, los apartamentos Gütenberg y el Llantiol de Barcelona, los meses de actuación con Gaetan, los aislamientos para ensayar y ensayar en Torrelodones, La Pedriza y Salamanca, la Cabina Espiritista en Sevilla y Chile, las televisiones, la SEI... ¡Tanto, Pepe, y tantas veces juntos! Ni puedo ni es momento de hacer Literatura. Sólo unas líneas torpes y tristes para este adiós aún no asumido.
Más adelante haremos algo, en vídeo o por escrito, hablando de ti y de tu hermosa aportación a la Magia (con tu Arte y tus libros). Más adelante, Pepe, más adelante.
Ahora apenas sé decirte adiós porque te fuiste (a los 46, como Juan Antón), y no estás, aunque esto último me cuesta sentirlo verdadero.

Juan Tamariz

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Adiós Padre Adoptivo

Y te fuiste sin decirme nada más. Sin darme la oportunidad de verte después de tres largos y duros años, aproximadamente. De repente. El 5 de enero de 2004.
Te llamaba cada quince días más o menos, y cada vez nuestra conversación era más distante. Yo intentaba tomar la iniciativa para restar importancia al asunto y hablarte de mis cosas, para así distraerte y a la vez entretenerte mientras tú escuchabas al otro lado del hilo telefónico.
Sabía que desde que Laura había cruzado el umbral de la vida no habías conseguido levantar cabeza, pero aun así yo insistía en intentar animarte. Debo confesar que nunca me quedé con la sensación de haberlo conseguido ni por unos instantes.
Pero aun así, hoy por hoy de ti conservo un buen recuerdo. Aquel Madrid de los 90 en la calle Ayala donde compartimos tantas y tantas cosas. Donde tantas y tantas oportunidades me brindaste, tanto a nivel mágico como personal, junto con Juan. Donde aprendí a vivir la magia y a sentirla día a día como una parte más de mi espíritu.
Por eso y por otras muchas razones quiero desde estas líneas darte las gracias, padre adoptivo.
Un abrazo infinito,

Amílkar.

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Tres fotos.

Tengo delante de mí tres fotos de Pepe Carrol en tres publicaciones diferentes. Las tres abiertas por la página correspondiente, con un par de barajas, a modo de pisapapeles, para evitar que se cierren. Recogen tres de los muchos momentos compartidos con Pepe.
La primera de ellas en la página 39 de “Magia y Dramagia” de mi /nuestro querido Luis, también recogida en “La Magia Española del Siglo XX” de los no menos queridos Juan y Miguel Ángel, en esta misma editorial.
Creo, en realidad estoy seguro, pero puedo estar equivocado (las dos afirmaciones no son nunca contradictorias),que fue hecha con mi cámara en casa de Pepe Puchol, entonces en Serrano 28, frente al monumento del Descubrimiento de América, lugar de mágicas reuniones dominicales de la EMM o excepcionales, con motivo de la visita de algún mago de paso por Madrid.
Recuerdo especialmente, entre otras, las inolvidables sesiones con Slydini, Fred Kaps… pero ésta es otra historia…
En aquella ocasión era el “Father Cyprian” el que posaba satisfecho rodeado por Arturo de Ascanio, Juan Tamariz, Ramón Varela, Luis Hernández Trueba, yo mismo… y Pepe, que asoma con expresión de entusiasmo, detrás de la barrera del grupo como pidiendo paso.
El mismo entusiasmo y situación con otros grupos, se repiten en fotos de aquella época. Era el año 1980.
Aquel entusiasmado Pepe, en la mili en esos momentos, había entrado en fuego el año anterior con actuaciones profesionales en pubs y cafés teatros.
Había alentado su vocación con la asistencia a su primer Congreso FISM en Bruselas donde coincide por primera vez con Dai Vernon. Y había dejado constancia de todo ello en la Circular de la EMM, donde también había publicado ya sus primeros ensayos sobre “Construcción de rutinas” y “Presentación”, sentando las bases de sus posteriores memorables y recordadas Conferencias.
La segunda instantánea cierra en la página 242 la semblanza de Pepe trazada en “La Magia Española del Siglo XX”, antes citada. Pepe está en primer plano, delante del resto del grupo formado por Frakson, Lorgia, Aurelio Paviato, Arturo de Ascanio, Christian y yo mismo. Todavía jovencísimo, como indica redundantemente el pie de la foto, su expresión es grave y contrasta con la festiva de todos los demás, excepto la del otro José del grupo, Frakson. Parece sopesar y encarar un futuro artístico profesional para el que reúne todas las condiciones.
La tercera publicación es el programa del Congreso Madrileño de la FISM, donde compartimos cartel, entre Arturo de Ascanio y Juan Tamariz, en una “Gala de Close-up” hito y primicia en la historia de los congresos de la FISM, que a partir de entonces incluyen una gala de cerca en la programación.
En esta foto de artista (una muy similar también en la “La Magia Española del Siglo XX”), un Pepe apuesto, elegante, radiante, asoma tras sus 52 Amantes, abanico de cartas, en esta ocasión gigantes, que reemplaza ahora al grupo de las primeras fotografías y que domina, seguro, con sus largos dedos de manipulador.
Tres años antes, su actuación había recibido en Lausana el Segundo Premio de la especialidad de Cartomagia en el anterior Congreso de la FISM.
Tres años después, en 1988, sería reconocido con el Primero en el de La Haya.
En este intervalo de tiempo pasa al primer plano del panorama mágico español y a la popularidad, con sus actuaciones en televisión, junto a Juan Tamariz primero, y luego con programas propios, ya como mago, ya como presentador.
En poco tiempo su potencial inicial se confirmaba con su sólida y completa formación y una vasta experiencia.
Prestidigitador llamado a ser, además de representante esencial del nuevo close up español, el relevo de Frakson dos generaciones más tarde.
Mi ausencia de Madrid, en Cataluña primero y en Francia después, además de otras circunstancias, hicieron cada vez más escasos nuestros encuentros.
La última vez fue hace unos años, en la tienda Magia Madrid. Al cierre compartimos cervezas y tapas con Armando de Miguel, un breve encuentro entrañable y optimista que parecía prometer nuevas ocasiones… y que resultó ser definitiva despedida.
Luego volvieron momentos difíciles y creo que nuestra presencia se había desdibujado para Pepe desde hace algún tiempo.
Ha pasado una estrella

Camilo Vázquez, Maisons Laffitte mayo 2004

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PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN DE 52 AMANTES.
La inteligencia. Es lo primero que destaca cuando uno ve, oye o lee a José Carrol. Una inteligencia abstracta, agudísima y afilada (¡Qué coco tiene el muchacho!)
El trabajo. Es lo primero que llama nuestra atención cuando uno ve, oye o lee a José Carrol. Un trabajo intenso, multidisciplinar, continuado. (¡Cómo curra el chaval!)
Las manos. Son lo primero que llama nuestra atención cuando uno ve actuar a José Carrol. Unas manos largas, elegantísimas y súper hábiles. (¡Osú, qué manos, oiga!)
¿Qué magia puede salir de alguien que posee y cultiva el talento, el trabajo y sus instrumentos materiales: las manos?
Exactamente. Acertaste, lectora, o lector amigos...
Una magia profundamente trabajada, inteligentemente construida, magníficamente realizada. ¿Quién da más?
Pues sí... hay algo más, mire usted.
José Carrol lleva siete años de profesional de magia de cerca... siete años actuando casi a diario ante públicos interesados y conocedores. Desde sus actuaciones en "El Llantiol" (ese café mágico de Barcelona a quien tanto debe la magia española) hasta sus conferencias en Holanda, Argentina o el Castillo Mágico de Hollywood...
Y esta mezcla de profesional a diario frente al público profano y continuo contacto con los magos, hace que su magia sea a la vez emocionante (misterio, lirismo, un elegante humor... fortísimos impactos mágicos...) y sutil (fina, de altísima calidad técnica).
Pero, además, José Carrol, mimado por la Fortuna y San Robert Houdin, ha crecido en el medio mágico del Madrid de los 80. ¡Nada menos! Miembro de la Escuela Mágica de Madrid y lector impenitente de los libros de la biblioteca de Puchol. (¡Loado sea una vez más!), el cloma teórico y práctico de la SEI, le han hecho crecer alto y sanísimo mágicamente hablando (y corporalmente también, aunque las relaciones con sus abundantísimas "fans" le obliguen a tomar vitaminas y vitaminas...).
El capítulo teórico (Extraído de la práctica, no meras elucubraciones...) titulado "Conflictos" es, a mi juicio, enormemente interesante y provocador, generador de pensamientos y reflexiones y, desde luego, agudo e inteligentísimo. Puedes no leerlo y perder la mitad de lo que vale este libro.
Las rutinas que se describen con minuciosidad van desde buenas a excelentes (el "Suit Apparition" a la cabeza, seguido de cerca por el "Rojo y Negro" y "El incauto tramposo"... ¡tres obras maestras. Tres!) y, luego, una cantidad de efectos, ideas, charlas, rutinas, detalles, técnicas... efectos comerciales de calidad ("A través del espejo", "Cartopáginas", "El muro de cristal", "Pintajes imposibles").
Resumiendo, un libro producto del estudio, de la reflexión inteligente y la práctica continua ante magos y profanos.
En plan generoso quiero brindarte una idea, amigo lector: lee el libro, estúdialo, haz los juegos, goza con ellos, emociona a tus amigos no magos y magos, y luego, como si fuese idea tuya, anuncia en tu ambiente mágico que has descubierto a alguien que, estás seguro, en menos de dos años será una figura mundial. Todos alabarán en breve tu perspicacia, salvo que hayan oído o leído a Dai Vernon, primero desde siempre en hacer esta predicción. (Predicción con trampa, pues ya se ha cumplido).

Juan Tamariz, Mayo, 1988